Leyendo un post de mi amigo Alberto Noguera he vuelto a recordar lo poco que aprendí y la sensación de agonía y frustración que en muchos momentos sentí en mis años de carrera universitaria. Yo pertenezco a esa clase media-baja que se empeño en estudiar una carrera técnica porque te aseguraba las castañas el día de mañana. Al final todo resulto ser una gran mentira.
Estudié ingeniería informática, el primer año fue terrible, las materias eran muy complejas y poco tenían que ver con la informática: Álgebra, Cálculo y Física. Y tan solo una asignatura de informática, Informática Básica. Si, estoy de acuerdo, según el plan de estudios estas son las materias ‘elementales’ para lo que venía después, pero cuando el primer año se limita a pegarte enormes empolladas pues algo esta fallando.
Veamos, lo primero que eche a faltar fue más práctica y seguimiento personalizado. Éramos tantísimos que acababas el curso sin ni siquiera conocer a tus profesores. Pero claro es la universidad pública, ¿que más quieres? Gástate una buena pasta en una privada y currando mucho menos acabarás con un titulo megaguay que lo flipas, a ser posible de una universidad extranjera, que mola más, y tu papi ya se encargará de colocarte. Y sino, pues te jodes y bailas, como todo el populacho.
En segundo lugar, nunca entendí porque nos impartían una materia tan compleja, ¿en base a qué? ¿Para estar preparados para el mañana? ¡¡Venga ya!! Cuando acabé la carrera no hice efectivo ni el 10% de lo que había aprendido, y creo que en la NASA hubiese llegado a aprovechar el 30%. El mundo real era mucho más sencillo, aún trabajando como informático no debía resolver cada día complejísimos problemas, mas bien se tendía a hacer las cosas más sencillas, como es lógico. Y lo más acojonante es que yo esas cosas sencillas apenas sabía hacerlas y al principio me montaba una pirulas megatécnicas sin sentido. Poco a poco aprendí a utilizar el sentido común, cosa que en la universidad ni tenían ni tendrán nunca, por lo menos en lo que a mi me toco vivir.
Mi impresión era que al estar tan masificada la universidad, en este caso la facultad de informática, el objetivo de profesores, departamentos y rectorado en última instancia era cortar cabezas. Da igual la vocación que pudieras tener, el tema personal les importaba un pimiento, de hecho ya os he comentado que apenas había contacto personal, el caso era reducir el número de alumnos como fuese porque sino aquello era inviable, cosa que realmente entiendo. Pero ¿Que estaba fallando?
Había una cosa también que me fastidiaba bastante, cuando hablaba con excompañeros de colegio e instituto que estaban haciendo una carrera de letras como derecho, económicas, magisterio, la que fuese, todos ellos estaban sacándose el curso sobrados y muchos con buenas notas. Y yo sufriendo en la UPV (Universidad Politécnica de Valencia) para aprobar las asignaturas justito y gracias, cuando siempre fui de los mejores de la clase y estos compañeros eran los que iban ‘justitos’. De verdad que esto me llamaba la atención y me producía una envidia insana y cierto desazón, pero después pensaba que el esfuerzo algún día se vería recompensado.
¡¡¡¡¡Ja!!!!! Me río por no llorar. Todo era una gran mentira. El hecho de estudiar una carrera tan complicada no te aseguraba ni un mejor sueldo, ni una mejor posición social, ni nada de nada. Incluso yo tuve suerte, porque cuando empecé a buscar curro estábamos en plena burbuja de Internet y los informáticos estábamos muy bien pagados. Pero aún así no compensaba, y el chollo se acabo en cuanto la burbuja de Internet explotó en la cara de tarados especuladores e inversores sin la más mínima idea del funcionamiento de Internet ni de la informática en general.
Y yo me pregunto, ¿Porque nadie me explicó esto desde el principio? ¿Que estúpida sociedad tenemos donde no se premia el esfuerzo y tesón de los mejores? Yo estudié informática porque tenía aptitudes para ello, porque me gustaba y porque decían que te aseguraba el futuro, sino tal vez hubiese estudiado Económicas, Psicología o Bellas Artes, carreras por las cuales también siento bastante atracción.
Por suerte, a pesar de la desinformación y el ‘engaño’ que sufrimos toda mi generación puedo decir que me sigue gustando la informática y actualmente sigo vinculado y viviendo de ella, sin muchos lujos eso si. Pero he querido con mis palabras romper una lanza a favor de toda una generación engañada por el sistema. Espero que de una forma u otra todos al fin consigan o hayan conseguido ser felices.